El futuro ya está aquí, el de la restauración diseñada de la desigualdad como norma y todo horizonte posible. Ya no queda nadie que pueda fingir no ver. Se asoma a nuestras experiencias, nuestras emociones, a todas las pantallas la omnipresencia de su transparencia radical y violenta. No sabemos cuánto va a durar esto, ni qué nos va a tocar vivir en esta terrible normalidad refundada.
Hemos compuesto una cancioncilla folk y hemos puesto mucha de nuestra rabia en unos dibujos a lápiz. Lo hemos pasado bien haciendo, removiendo los humores, empleando la burla y la ironía. Nos ha servido, necesitábamos construir esta herramienta. Ahora podemos ir a hablar con otros, algunos jóvenes, sobre que esto no es todo lo que podemos aspirar a vivir.